oy admiradora de Pla y, desde el día que descubrí la página, el destino me permitió conocerle. Me quedo con el gusto de su amistad y de su afecto, pero sobrepongo, ante todo, el caudal creativo de su página en honor al maestro Cabral. Pienso que, desde España, todos habíamos oído “hablar” de las canciones de Facundo Cabral pero, tuvo que ser Pla Ventura el que nos mostrara la grandeza de este argentino que, como Pla confiesa, es uno de los argentinos más grandes que pisa este planeta en el mundo del arte.
Mi trabajo es humilde, como mi propia vida. Pero no es menos cierto que, Pla, empecinado porque yo colaborara en este evento tan fantástico como apasionante, he tenido que regalarle estas humildes letras que, llenas de ilusión, quiero que reconforten el alma del amigo que, ávido de ilusiones para todos cuantos le tratamos, pretende que todos formemos una piña junto a su persona, tarea muy difícil, al menos para mí puesto que, estar a su altura es toda una quimera. Poco puedo aportar; yo diría que casi nada pero, la condescendencia de Pla para los que ama es infinita y, seguro que me perdonará mis errores y, ante todo, mi pobre prosa que, desposeída de todo interés de cara al lector, sólo pretendo que quede como constancia de gratitud hacia el amigo querido.
Desde lejos se desprende que Pla Ventura se refugia con Cabral; es decir, la razón de ser de la página. Su idea, la que él le atribuye con su humildad que le caracteriza a la señora Ingrid Matta, es un modelo a seguir; HOMENAJE A FACUNDO CABRAL es ahora mismo un lugar maravilloso en que tantas personas en el mundo encuentran refugio para su corazón; no es para menos porque, como mujer y como ser humano, me identifico totalmente con Cabral en su faceta como narrador y, como no podía ser de otro modo, con el Pla Ventura al que admiro con todos mis sentidos. Segura estoy que estas líneas lograran ruborizar a Pla; él huye de todo protagonismo porque, como se sabe, nuestro admirado amigo siempre le dio la importancia al verdadero adalid de la página que, naturalmente, no es otro que Facundo Cabral.
Me hubiera gustado estar dotada de los dones de la escritura, los que a diario nos regala Pla con su narrativa tan particular; pero no tengo esa suerte y, como antes decía, humildemente, sólo he pretendido satisfacer la ilusión del amigo que, con toda seguridad, mis pobres letras le habrán hecho esbozar una sonrisa; no es para menos porque, a falta de calidad en mi narración, le regalo a Pla Ventura toda mi ilusión que, llena de mi admiración hacia su obra, a diario, logra que palpite mi corazón, que se enaltezca mi espíritu y, ante todo, gracias a él, puedo comprobar que, el mundo está lleno de buenas noticias como nos enseña Cabral a diario. Para mí, esta página, desde que la conocí, sigue siendo la mejor de mis noticias. Mi suerte, no ha sido otra que, para mi dicha, poder trasmitir estas sensaciones que siento en esta página a mi familia; mi compañero y mi hijo, a diario, me tienen que “soportar” mi embeleso con esta Web de la que ya les he hecho partícipes a ellos. Poco a poco, Pla Ventura, eres capaz de conquistar corazones, de lograr esa “tela de araña” para el alma de cuantos te queremos que, como es mi caso, aunque de forma humilde, todos pretendemos arroparte.