S i la soledad sientes por la madre que se fue deja que la mente sueñe, con lo que viviste ayer. y que el mundo nos encuentre buscando al atardecer la sonrisa de su cara o el palpar de su tez. Sus manos al aire sueltas indicando un ademán de alegría extraordinaria cuando te veía llegar. No está ya entre nosotros ya no la podemos ver trajinar en los fogones ó amasar con avidez. No reprocha nuestros fallos ni muestra indignación por no haber llamado a tiempo cuando de viaje voy Pero su alma reposa la quietud del Creador y vive ya descansando el cielo que se ganó. Espera madre querida que un día llegaré a encontrarme nuevamente entre tus brazos y ver… que seguías existiendo, y en la Luz de ese ser se renueva nuevamente la madre que siempre fue. Dedicado a mi amigo Pla Ventura 15 de junio de 2.011
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