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Autor: Isaura Díaz Figueiredo
16/01/2018
¿QUÉ PUEDE ESCONDER UN LIBRO EN BLANCO?

L

a pregunta es inevitable: ¿Cuántas veces ha recibido un libro como regalo? Seguro que muchos están pensando que no tantas como querrían, los amantes de la lectura siempre consideramos, que un libro, es un regalo perfecto.¿Y sí les comento lo importante que es regalar un libro en blanco?

A lo largo de los años, he obsequiado a personas importantes en mi vida, y en momentos puntuales con un “LIBRO EN BLANCO”.


El libro en blanco, la razón para contar una vida

Resulta una experiencia inigualable, sin fronteras ni barreras. Da la posibilidad  de emocionarse ante páginas blancas, crear su propio diario, sus mejores y peores momentos, preocupaciones, retos, alegrías, sueños, viajes… 

Cuentan que Buda, ante un discípulo cansino, que le atosigaba con preguntas acerca de la vida…le regaló un libro, y cuando el  aprendiz lo abrió, solo tenía hojas en blanco. 

-¿Maestro que significa esto?.

- La vida hijo es como este libro, páginas en blanco, que con tus sueños, pensamientos y acciones lo iras  llenando, en definitiva va ser tú vida, creada por ti mismo; si  cuando lo leas resultaba aburrido, pobre y miserable has sido,  si por el contrario rasgaste sobre las páginas historias maravillosas habrás disfrutado de una vida plena, comprende que no hay destino, uno mismo es quien escribe el guión.

Quizá el libro regalado adormezca en un rincón de la estantería, y entre níveas páginas solamente guarde flores sin resplandor, versos inertes, escritos una tarde de lluvia por manos de piedra, duele pensar que se quebraron como cristales, palabras, que pudieron rubricar ¡Tantos momentos!, imágenes que emocionan, huellas que jamás se borran, que nunca serán mortaja colgando del alfeizar de la ventana cerrada a la ilusión, ni árbol seco con ramas desnudas buscando desesperadas la vana luz, seguirán siendo bardales inmaculados, albos,  de tallos flexibles y espinas curvadas, fieles centinelas¡

Que alguna vez se burlaron!. O cuando un rayo de sol ilumine las cubiertas, busque el  recuerdo de la sonrisa que iluminaba el  rostro de Dios, ¡Que no crees!, pero lo necesitas para  aguardar, para echarte en sus brazos, mientras suena la vieja lirica, y sigue jugando a  emocionarte el silencio…

Duerme libro  blanco, no deseo astillar tú calma, ni los secretos  que solo el viento sabe fueron espejismos, suspendidos bajo el ayer¡Silencio!Por lo que ustedes más quieran,guarden silencio por Dios,que se desadormece el nacarado libro.

 
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