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o estoy de acuerdo con Voltaire, el gran pensador y filósofo francés, cuando dice que "un anciano es un árbol grande que ya no tiene ninguna fruta o hojas, y todavía sigue atado a la tierra."

Porque veo en los que han vivido más allá de la edad media de los hombres de su tiempo, el arquetipo de la experiencia, los conocimientos adquiridos y la sabiduría en movimiento. Por lo tanto, una categoría que podría ayudar - ¡un montón! - en la mejora de la vida planetaria, no fuera relegada a las condiciones de falta de mérito, en que a menudo la vemos relegada.

Un ser que ha vivido por encima de ese promedio y aunque eso no determine un patrón, seguro que tiene alguna experiencia interesante en ciertas áreas de la actividad humana, es de creer que ha adquirido conocimientos relevantes y, por lo tanto, puede ayudar. Por supuesto, reconocemos que no son sabios, sólo los que vivieran más allá de la media. Hay muchos jóvenes, que irradian sabiduría.

Sabiendo que la existencia humana no es espectáculo de un solo acto, cronológicamente hablando la edad física no es importante y no tiene influencia sobre el nivel de ser, sentir y saber de alguien. Las experiencias del espíritu, que es la esencia del ser hominal sí, determinan la mayor o menor posición en el ranking de la evolución.

El volumen de la experiencia lleva tiempo y no se acumula en sólo un viaje a través del plano de la materia sólida.

Por lo tanto, catalogar personas de vida larga, como siendo antiguas, viejas, de la tercera o de la mejor edad no es apropiado porque no somos la casca que cada vez sirve como un vehículo para el espíritu que vuelve a la vida física. Somos la individualidad universal, personificada por el espíritu que verdaderamente somos; ¡nada más que eso!

Tengo escuchado que las personas de edad mayor son las personas de "la mejor edad". ¿Cuál es la mejor edad?, le pregunto. En las convicciones que voy encontrando por ahí, mientras camino por la vida, le digo, no hay ningún parámetro de clasificación para este atributo. Porque ya lo puedo entender que la mejor edad es aquella en que uno actúa con más cordialidad ante sus similares, en que está más inclinado a hacer el bien, cuando ya no se pierde en divagaciones intrascendentes o ensayos innecesarios, y cuando usa su libre albedrío como el mejor indicador de que se puede utilizar para evaluar el rendimiento de su espíritu. En otras palabras, es la edad que me da la claridad necesaria acerca de cuanto imperfecto todavía aun soy, y cuanto, todavía, tengo que mejorar mi rendimiento, etc.

De todos modos, estoy convencido de que la mejor edad es aquella en que puedo mostrar a la gente cómo realmente soy, y cuando soy visto por los otros como una buena persona. Independientemente del calendario!

Otra cosa que me pone en desacuerdo con el pensador es que sólo porque no tienen ni la fruta ni hojas, no se puede decir que un árbol - grande o pequeña - ya no pertenece a la tierra; o a la vida.

En el otoño la mayor parte de los árboles derrumban sus hojas. Es así que conservan sus energías para renacer en la primavera. No importa si alguien los ve como muertos, y no importa si nadie se importa con ellos. Lo que se pasa es que renacerán, y cada vez más hermosos, llenos de flores, productivos y resistentes.

Conozco personas de extraordinaria fuerza interior, que son ahora mucho más útiles para los similares que les rodean, de lo que jamás han podido ser. Conozco personas de extraordinaria belleza del alma, que sólo son así porque han dejado caer sus hojas en otros otoños de la existencia!

Conozco a personas que,   independientemente de lo mucho que han sufrido, siguen riendo y transfiriendo alegría, inspirando confianza, transbordando de energía y despertando voluntad de vivir.

En este particular mágico que la vida inspira es que la gente y las hadas se confunden con las energías divinas y producen amor, esperanza, confianza, fuerza y fe. Y para aquellos que no creen en las hadas, no se pierde nada con preguntar ¿cómo sería la vida si nos robaron de la capacidad de soñar? Cariñosamente digo que las hadas son la identidad secreta de los grandes y buenos espíritus que nos dejan restaurar el sentido de la vida, nos fortalecen para superar obstáculos y pruebas, nos dan esperanza, nos ayudan en la caminata y nos hacen bien.

Y si ellos están encarnados o no, es sólo un detalle que no disminuye su importancia!Se considera de edad está siendo evaluado como una cosa; y las cosas son diferentes personas. Las cosas no tienen espíritu, sienten y no saben cómo ser; Es solamente cuando puede ser necesario para ser accesorios. La gente, no. La gente es - necesariamente -la existencia misma Dios hizo el universo también.

No importa cuál sea tuya edad, o que la edad de los que caminan con usted por la vida. Usted debe saber, siempre, que es de la suma de todas las edades de su alma que está hecho aquél que usted eres. Uno puede imaginar que aquellos que han pasado por donde hoy nosotros pasamos, ya conozcan sobre el camino a seguir, más y mejor de lo que nosotros.

Debido a eso es que me lo pido permiso al maestro Voltaire para traer sus ideas a la luz de la Nueva Era, modificándolas en su sentido central y las diciendo así: "Un anciano es un árbol grande que a pesar de que ya tenga producido frutos y hojas, aún está en la tierra para hacer más bellas las nuevas primaveras y engrandecer a la vida. Y no hay ninguna importancia si es un hombre o una mujer. ¡Todos somos semillas de esperanza y Dios! "