H oy escribo unas líneas que me recuerdan que soy feliz, y que el paraíso no está perdido, sino olvidado:
Feliz es conformarse.
Feliz es valorar.
Feliz es tener a alguien y no esperar a que se vayan, para llorar.
Feliz, porque sabe que todo lo que empieza, tiene que terminar.
Feliz quien despierta cada día agradeciendo lo vivido, dispuesto a empezar de nuevo desencadenándose, por fin, de lo perdido.
Feliz quien se asombra con lo pequeño y quien trabaja por la verdad. Porque el hombre feliz, al éxito, le llama honestidad.
Feliz quien vive atento, pues atento es quien sabe, que lo de afuera, continúa lo de adentro.
Feliz, amigo, es compartir con usted el camino, y cómo no, las milongas. Las milongas de nuestro amigo, nuestro amigo el argentino Facundo Cabral.
¡Abrazos y Cabralidades! |