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Autor: Noelia Spada
06/02/2010
TROZOS DE VIDA

J

untos emprendimos un sendero ligeramente empinado que nos llevó hasta un banco de madera, nos sentamos el uno junto al otro en silencio, él en sus pensamientos yo en los míos, no eran opuestos pero sí diferentes, creo que yo le quería.

Detrás de nosotros había un bosquecillo de Abedules y estábamos en el punto más alto de una amplia colina  cubierta de un espeso prado que descendía hasta la orilla del Lago...

Era un Lago ancho y grande y muy largo, tanto que se perdía en el horizonte, sus aguas parecían tranquilas y brillaban en tonos plateados y rosados debido a que el sol iba declinando lentamente pues atardecía.

En la orilla opuesta del lago, ante nosotros, se levantaban altas montañas oscuras coronadas por trazos de nieve, restos que quedaban del invierno que recién había pasado.

Las ondulantes montañas se perdían en el horizonte acompañando al Lago. Sobre las aguas flotaba una tenue neblina que daba al lugar un aspecto de irreal y encantado. La hora era quieta y serena. De  pronto él sintió frío y decidimos regresar al hotel. Estábamos de vacaciones. Ya en el hotel era la hora de la cena y nos dirigimos al comedor, una vez allí, él se dedicó a galantear y a seducir a la dueña del hotel; él era así, no era la primera vez que sucedía  esto y no sería la ultima. Ella era una mujer de mediana edad, con el pelo blanco y alborotado  su figura era alta y esbelta, era hermosa y ella lo sabía.

Por la mañana, cuando estábamos preparando el coche para seguir el viaje, apareció la mujer llevando dos botellas de vino; vino, que él había elogiado sobradamente durante la cena, alegre y coqueta se las entregó a él, que las recibió con su más encantadora sonrisa, él era así. En un momento dado ella me dirigió una interrogante mirada a la que yo no respondí desviando la mía en otra dirección.

No, no estaba celosa. Nos despedimos, subimos al coche y emprendimos viaje hasta nuestra próxima etapa. Íbamos en silencio, él en sus pensamientos yo en los míos, de pronto puse música y sonó un concierto de piano de Mozart, aquellas vibrantes notas que juguetonas, se perseguían unas a otras llenas de estrepitosa alegría llegaron a mi corazón y me hicieron sentir feliz. El paisaje era hermoso.
 
Hoy pasados los años y mientas escribo estas líneas creo que, en aquellos momentos, sin darnos cuenta, estábamos empezando el camino que nos llevaría hasta el final de nuestra historia. Fue inevitable.
 
Alguien dijo una vez  " Siempre se puede empezar de nuevo, en una eternidad, siempre se puede empezar de nuevo"....

 
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  Autor: noelia 15/02/2010
 
Que hermoso cuanto me decis, Letty,
Carmen y Cristina!!!
Me habeís hecho sentir acompañada y
comprendida.
Si, es un trozo de mi vida.

Quisiera tener la gracia de explicaros como empezé de nuevo.
Tal vez un día me inspire la
Musa y pueda hacerlo.

Sólo diré que después, pasados
algunos años, he tenido vinos,
jazmines, mariposas y cielos lle-
nos de colores, y para mi dicha
un día conocí a PLA VENTURA, nues-
tro querido LUIS, y él me colmó de
felicidad porque me trajo a FACUN-
DO CABRAL y a toda la Página donde
os encuentro a todas vosotras que
juntas formaís un ramillete de pre-
ciosas flores del más sutil, deli-
cado y armonioso perfume.

Este perfume nos embriaga a todos
y llega hasta lo más profundo de
nuestro ser.

GRACIAS,por estar ahí para mi y para cuantos estamos en esta Pá-
gina.

Vuestra siempre,
Noelia
 
  Autor: Cristina 12/02/2010
  Hola Noelia,

Es un relato bello, bellísimo … por su impecable estilo narrativo, y mucho … pero mucho más, por su intenso contenido ….

Te deja pensando ... y te da ganas de realizar muchas preguntas … y probablemente, molestas preguntas …

Y … es un relato tan real como lo describís … que no me atrevo a formularlas …. porque … sí, puede que en verdad, se trate de un momento de tu vida ….

Y él … “ pareciera “ ser la causa del final de esa historia … sin disculpas … ni atenuantes ….

Pero, a veces nada es lo que parece …. y emitir un juicio … con solo unas pocas líneas … es casi seguro equivocado.

En los finales de “historias” … decía mi vieja, "siempre hay que escuchar las dos campanas" …. y solo estando en la piel de ambos tañidos … puede quizás, que lleguemos a comprender los significados y las situaciones.

Y entiendo que no eran celos …. a esa altura, probablemente solo fuera incomodidad ….

Y … ¡ es verdad ! … siempre QUE SE QUIERA … se puede empezar de nuevo.

Espero que vos … si eras la protagonista de esta historia, HAYAS QUERIDO DARTE ESA OPORTUNIDAD en aquél preciso entonces en que escribías estas inspiradas líneas ó sino … ¡ HOY ! … ¡ AHORA MISMO ! … ¿ POR QUÉ NO ? …

Y … ¡ GRACIAS Noelia ! ... por tan sentido relato.

Un abrazo.

Cris
 
  Autor: carmen martinez lopez 07/02/2010
  Siempre se puede empezar de nuevo,me ha gustado mucho tu relato NOELIA,mi enhorabuena por ello.Trozos de nuestra vida que tu has sabido reflejar.  
  Autor: Letty 06/02/2010
  Querida Noelia:

Voy a tomar tu texto como una confesión de tu corazón. Si no has sido parte de esa historia igual permíteme, con todo respeto, expresarte mi sentir.

Muchas veces los finales, por tristes que sean dan paso a algo mucho mejor, por ello son inevitables, de no sucederse, quizás podríamos perdernos de vivir algo maravilloso...

Es como las crisis que para muchos son algo tremendo y para los griegos eran nada mas ni nada menos que el paso a algo bueno,a un cambio.

Por eso querida Noelia quizás ese viaje con final fue la puerta a muchos caminos en los que otros vinos llenarán tus copas, otros jazmines perfumarán tus días y otros amores adornarán tu corazón.

Un hombre que galantea a otras mujeres teniendo una mujer con tu sensibilidad y con el brillo de tu alma sin duda vuela un vuelo mas bajo...

Claro que siempre se puede empezar de nuevo, el Universo cambia constantemente ¿por que no habríamos de hacerlo nosotros..? Y si... todo lo que comienza sin duda tiene el sabor y la emoción de todo lo nuevo y hay que darse ese permiso.

Quiera Dios que pronto nos cuentes ese comienzo con la alegría de los que, suceda lo que suceda, no dejan de creer en el amor.

Un abrazo desde el alma.