A veces, en la vida, se crean unos lazos de amistad; lazos que llegan más allá de toda lógica; lazos que se extienden hasta el infinito y que tenemos que cuidar, alimentar, mimar y sobre todo, admirar, púes gracias a esos lazos muchísimas veces te darán esa palabra que en ese momento necesitas oír, escuchar, sentirte mimada, protegida y arropada. Mi suerte, a no dudar, son mis amigos y amigas que, viviendo junto a mi persona me han recordado siempre mi grandeza. A todos ellos les debo mi fortuna que, a no dudar, pasa por el centro de sus almas; para ellos, para vosotros que tanto me queréis, mi gratitud y mi afecto. Yo soy la que soy gracias a los demás; de todo esto, amigos, aprendí muchas lecciones en esta página que, de forma silente, pero quedaron grabadas todas dentro de mi corazón, y de las que tan afectuosas lecciones he tomado.
En ocasiones, por las vueltas de la vida, algunas amistades se distancian, pero hay cosas en la vida que siempre van a estar ahí, y siempre tendrás a ese amigo y amiga, ahí brindándote su amistad incondicional. Es triste que, los humanos, por razones incomprensibles, por momentos, nos entregamos lagunas de silencio que, bien entendidas, al final nos abocan al mar del más bello cariño. En mi condición de mujer, en ocasiones, con mi alma distraída, hasta he cometido la tropelía del silencio al que aludo hacia la persona querida y, cuando he sabido abrir los ojos, he comprendido mi error y, al enmendarlo, me he encontrado conmigo misma.
Cuando miro alrededor y veo lo difícil que se hace a veces la vida, sonrío y pienso que no estamos solos; tenemos unos lazos de amistad a los cuales tenemos que aferrarnos y si miras a los extremos veras a tu gente y, en realidad, no sentirte solo es ser feliz. Ciertamente, en algunos pasajes de mi vida, me desdibujaron mis amoríos para olvidarme de esos lazos afectivos de amistad de los que hablo; craso error el mío que, lamentablemente, lo pagué caro; yo diría que carísimo. Pero debo de confesar que, los amoríos se disipan y, los amigos, siempre quedan, esa es la diferencia. 
Esta es una confesión que nace desde el fondo de mi alma; soy otra mujer desde que participo en esta Web que, auspiciada por el amor, reconforta a los que no tienen esperanzas y, hace sonreír a los esperanzados; Cabral, con su magia, así lo ha logrado. Como diría Cabral, este es un logro de Pla y, es muy cierto. A él le debemos tener ahora este vínculo que nos une y que, como en su día dijera la señora Marta Ecco, ahora disfrutamos de lo que dicha dama sentenció: de nuestra Amorosa Fraternidad que, en realidad, tanto tiene que ver con los lazos afectivos de la amistad.
Recuerda los momentos felices por los que has recorrido los vericuetos de la vida; camina por ellos con las manos de tus amigos y mira el futuro, pero recuerda que siempre tendrás tus lazos unidos por la más bonita amistad. Sonriámosle a la vida cuanto ésta nos entrega un amigo sincero; ahí tenemos el gran premio, no existe recompensa más grande para un ser humano que sus propios amigos. La sangre te impone vínculos de familia que, por regla natural, siempre son adorables, excepciones al margen; pero la verdadera magia estriba cuando encontramos a un amigo verdadero que, por dicha amistad, es capaz de dártelo todo por el precio de la nada.
Este es, como se evidencia, un cántico a la amistad, en realidad, el valor más importante que en su día pude describir en esta página que, al albur del amor del alma, unos para con los otros, se regalan ilusiones por doquier. Aquí llegué hace ya mucho tiempo y, aquí me quedaré para siempre. Siento un rubor desmesurado al verter mis humildes líneas en esta maravillosa Web; pero debo de confesar que, literatura “cara” al margen, he intentado plasmar mi sinceridad y mi más bello cariño a favor de cuantos aquí participan y, si Pla me lo permite, yo quiero ser una pieza más de esta cadena amorosa que, como se evidencia, tanto admira el mundo.
GRACIAS AMIG@S. |