Se acercan los 38, y duele. Duele, pero a la vez invita sin remedio a la reflexión; a un recuento de lo que se ha hecho y de lo que no. De los aciertos y los errores, y por supuesto de los amores y desamores. Espero no caer aquí en calificativos o etiquetas de las que después me arrepienta (aunque siendo sincera, de muy poco me he arrepentido desde 1971) porque últimamente esto de los ... |