Había venido a este mundo a acariciar, a sentir la vida a través de sus manos, a dar y recibir el amor de su corazón a través de las yemas de sus dedos.
Acarició a su madre nada más nacer, cuánto amor.
Acarició los pétalos de una amapola, cuánta delicadeza.
Acarició un ... |